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Vida cotidiana, la nueva narrativa para mitigar el cambio climático

Las narrativas sobre la crisis climática suelen ser muy técnicas, catastróficas, estresantes y, muchas veces, ¡aburridísimas! Pero lo peor es que no han logrado motivar a millones de personas a involucrarse por nuestro medio ambiente y a la velocidad necesaria. Sin embargo, cierto lunes, una rosa en forma de TED talk fue dejada en mi escritorio de la oficina, volándome la cabeza.

En él, Per Espen Stoknes propone dejar los tecnicismos y escenarios postapocalípticos, para crear narrativas a partir de la vida cotidiana; es decir, hablarle especialmente a las personas que sufren las consecuencias del cambio climático, buscando establecer un vínculo emocional y a nivel familiar.

¡Simple!, si la gente no está conectando con “cambio climático”, ¿por qué nuestra narrativa ha de insistir en hablarles frontalmente de cambio climático? Es momento entonces de volcarnos hacia la sensibilización sobre nuestro entorno natural.

Qué maravilloso será si desde niñes nos acercamos verdaderamente a los animales y otras especies que viven a nuestro alrededor. Conocer de primera mano nuestro entorno evitará percibir la crisis climática como un problema lejano, así como la apatía frente a su terrible impacto. Al final, se trata de no de hablar sobre ello, sino de cómo afecta nuestro día a día y todas las oportunidades que se nos presentan para revertirlo.

Ahora, a quienes ya conocen el problema pero siguen sin comprometerse, podemos llegarles desde la concientización: mostrarles el impacto ambiental de sus hábitos para fomentar en ellos y ellas acciones específicas en lo cotidiano, que aporten para mitigar el cambio climático. Y ojo, no estoy proponiendo ser la hada madrina medioambiental, cuya varita mágica convierte en activista a todo aquel que toca, sino de sembrar la semilla de un cambio a través de la creación de narrativas interesantes, novedosas y hasta divertidas, lo cual evidentemente, tendrá un gran impacto comunitario generacional.

Te comparto un ejemplo que me motiva mucho: Eco Rating, app con la que puedes medir el impacto ambiental de tus dispositivos móviles, permitiéndote transitar hacia el consumo consciente y sostenible de uno de los artefactos con los cuales pasamos más horas al día. Y esto mismo podemos replicarlo en otro tipo de productos con alto impacto ambiental, como la gasolina. A propósito, ¿sabías que en México ya tenemos una alternativa de gasolina producida a partir de plástico?

Y como no hay nada mejor que llegarle a la gente por las tripas para luego tocarle el corazón, podemos mostrarles cómo el cambio climático no golpea parejo, sino que afecta más a grupos en situación de vulnerabilidad social como lxs migrantes y lxs refugiados climáticos, o sea, aquellas personas que son expulsadas masivamente de sus hogares, sí, precisamente debido a la crisis ambiental.

Finalmente, si tu deseo es ir especializándote en creación de contenido y lenguaje climático que nutra tus narrativas, te recomiendo empezar por la guía de Periodismo y cambio climático de Salud sin Daño, para comunicar estratégica y efectivamente desde un enfoque de salud.

¿Estás preparade? Pues tenlo bien presente: la clave narrativa está en bajar tus ideas creativas a la vida cotidiana, especialmente de quienes son más afectadxs por la crisis ambiental.

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